Tita Llorens: “Había visualizado la llegada tantas veces que llegué llorando”

Al final Tita Llorens lo consiguió. Más de treinta y seis horas y casi cien kilómetros de travesía desde Jávea a Ibiza, un reto que había intentado varias veces sin éxito. Hace unos meses ya hablamos con ella y nos dijo que no se rendiría, y así ha sido. Una mujer que reconoce haberse emocionado al llegar, pero que ya piensa en nuevos retos que cumplir. ¡Felicidades, Tita!

  1. En primer lugar, felicidades por conseguir unir Jávea e Ibiza. Era el tercer intento ya, ¿en qué momento de la travesía te diste cuenta de que ya estaba hecho?

Gracias por las felicitaciones. A ver, que hay como tres momentos en que vi que podía estar hecho. Uno al principio, que tuve muy buena mar. La mar estaba increíble, no daba crédito a lo que veía, estaba súper bien. El parte que habíamos elegido era un parte más o menos bueno, pero estos canales siempre llevan sorpresas y no sabíamos muy bien luego qué pasaría. Daba un poquito de mal tiempo a la tarde pero bueno, tampoco fue tanto. Al ver el mar así, siempre tienes la esperanza de que esta mar va a durar mucho, y aunque sabes que no es así pero te imaginas que durará mucho, que el canal estará fácil. Nada, pasamos por estas horas buenísimas, luego vino un poco de mala mar, calmó, calmó más tarde de lo que tenía que calmar pero calmó. Era una ola que se podía nadar bien, y al pasar la noche sí que ves que no aparecen las medusas, sí que piensas que tienes mucho hecho. Aunque el año pasado no fue así, porque pasamos la noche súper bien y luego nos encontramos con el muro, pero esta vez sabíamos que el muro ya lo habíamos pasado al principio. Y al pasar la noche sí que te das cuenta de que tienes mucho ya ganado. Luego, cuando estaba ya cerquita, aunque tuve muy mala mar, veía la costa tan cerca que tenía claro que llegaría.

  1. ¿Qué se te pasa por la cabeza durante esas 36 horas en mar abierto?

Me pasan muchas cosas por la cabeza. Pero esta vez la verdad que estuve muy motivada, era una de mis preocupaciones porque date cuenta que son ya unos cuantos años haciendo travesías grandes, este era el tercer intento y se hace un poco pesado. Había pasado este invierno una lumbalgia, luego una tendinitis,  no sabía cómo respondía el brazo y me parecía que era el año que menos motivada estaba. Y mis compañeros que me conocen me veían que no estaba animada. Lo que pasa es que son cosas que pasan. Cuando me tiré al agua, no sé de dónde me vino la motivación, pero estuve súper bien. No tuve ningún momento de bajón, pero ni uno, ya sé que es difícil de creer, pero estaba súper bien. Eso mismo de que he dicho antes de que el mar estaba tan bien, cuando nos vino luego el cambio, mi pensamiento fue “has tenido un regalo durante seis horas y ahora no te puede quejar, aguanta lo que sea que seguramente calmará” y la verdad es que estuve motivada. Pienso en muchas cosas, pero me distraigo con cualquier chorrada, parece que ahí no hay nadie para distraerte pero estoy muy pendiente de lo que hacen mis compañeros, sobre todo del compañero que va en el kayak. No sé, empiezo a contar cuando me viene un pensamiento negativo es cuando empiezo a contar, hasta cien o hasta donde pueda. Si me pierdo vuelvo a contar, o me olvido de contar porque pienso en otra cosa buena, y así voy pasando el tiempo. Es difícil de explicar porque son 36 horas, pero la verdad que se me pasaron súper rápido. Antes de tirarme sí que mi preocupación es saber si las voy a aguantar, pero una vez que estoy ahí van pasando las horas y no me doy cuenta y pasan sin más. Voy contando los avituallamientos que hago, en cada avituallamiento intento contar los km que más o menos llevo, los que me pueden quedar, y siempre que el barco se acerca a mí o a veces me espera, para que los pueda ver . Siempre intento preguntar cómo están, a ver si han comido, qué hacen, y siempre intento estar un poco pendiente de que lo que hay aquí está bien a mi lado, de lo que hagan ellos, empiezo a pensar qué harán, qué no harán, pienso en mi familia, a mis amigos, en mi sobrino, y los que se quedan aquí, pienso un poco en todo.

  1. ¿Mientras nadabas, en algún momento creíste que no podrías conseguirlo?

Como te he dicho, esta vez creo que nunca pensé que no lo conseguiría. Primero porque este año hemos tenido la gran ayuda, que nos ha ayudado el Socip, que es el centro de investigación oceanográfica de las Baleares, hemos estado en contacto con ellos, nos han guiado un poco en el tema de las corrientes, ellos fueron los que nos dijeron que la travesía era mejor de Jávea hacia Ibiza. Como hemos estado en manos de esta gente y ellos habían hecho estudios durante el mes de julio, cada día hacían como dos trayectorias, una en sentido Ibiza-Jávea y otro en sentido Jávea-Ibiza, y casi siempre les daba que Ibiza-Jávea me volvería a pasar lo del año pasado. Había días que eran las corrientes más fuertes y días que eran menos fuertes. Y decidimos hacerlo de esta manera. Esto por un lado, con esto yo también iba muy tranquila. Luego este año también iba un médico conmigo, que el año pasado el último día me dijo que no podía venir, y ya estuve un poco preocupada. Este año me pasó lo mismo, el último día antes de coger el avión me dijo él que no, que le había salido una urgencia, y no podía venir, y tuvimos que buscar uno deprisa y corriendo, pero bueno, al final lo conseguimos. Y yo creo que estas dos cosas fueron claves para que yo me tirara al agua tranquila. Y como he dicho, la motivación que tenía al tirarme al agua en ningún momento me hizo dudar de que lo pudiera conseguir. Bueno, yo siempre que me he tirado, cada año, aunque no haya salido, una vez que estoy en el agua, mi pensamiento siempre ha sido que lo podía conseguir, lo que pasa es que luego te encuentras con lo que te encuentras. O medusas por la noche, o que el tiempo da un giro inesperado y te juega una mala pasada, o que te encuentras este muro que el año pasado nos hizo estar bastante tiempo en el agua y al final no salió, no sirvió de nada, pero bueno. La motivación este año siempre ha estado ahí.

  1. Cuando alcanzaste por fin la costa, ¿cómo te sentiste?

Los últimos 500 metros llorando desconsoladamente, solo de pensarlo se me ponen los pelos de punta y me entra mucha emoción, y al ver que había gente ahí esperando, porque yo quería ir a Cala Tárida, porque quería llegar a la arena, porque la primera vez que probamos esta travesía salimos de ahí, me apetecía llegar a esta playa, además había visualizado la llegada tantas veces, sabía cómo quería que fuese, y mi idea era llegar ahí, lo que pasa que luego por cómo empeoró el tiempo, no pudimos llegar, y no me esperaba que hubiese gente ahí, porque ni yo sabía dónde llegaría. Y cuando vi a la gente ahí, oía gritos desde el agua, sentí una felicidad increíble, se me pasaron por la cabeza en pocos minutos estos tres años, se me pasó todo, estos tres años de entreno. En un momento se me pasó también mi padre, mi madre, que se habían quedado en casa, mi hija que también este año no había podido ir, y eso, llegué llorando, y no pude parar hasta un buen rato después. Me hicieron una entrevista en televisión, que estaba ahí justo en el momento y hago la entrevista llorando porque no hay manera de consolarme, estoy súper feliz pero no puedo dejar de llorar.

  1. ¿Cómo se te queda el cuerpo después de tantas horas nadando, además sin neopreno?

Yo siempre digo que estas cosas que hago las puedo hacer porque mi cuerpo tiene poco desgaste mientras hago esto. A ver, date cuenta que no es una travesía de diez km, que siempre intentas darlo todo ahí, incluso una de 25 km, siempre el ritmo es un poco más alto. Para estas travesías me preparo mentalmente durante mucho tiempo, pensando que nadaré unas treinta horas, y quieras o no, el ritmo que ya cojo es un ritmo menor a las travesías más cortas que hago. Tengo la gran suerte de que desgasto poco mientras nado, luego me recupero rápido, porque cuando termino sí que estaba muy hinchada, tenía la cara hinchada, pero a la media hora ya me voy deshinchando y estoy bien. Luego me fui a cenar con el equipo, porque yo creo que se merecían ellos una celebración conmigo porque después a un par de ellos ya no los vería más, nosotros nos vamos hacia Menorca, que nos fuimos al día siguiente y ellos eran de Alicante. Otros eran de Jávea y así, y ya nos tuvimos que despedir casi ese mismo día, y se merecían un ratito de tranquilidad conmigo y me fui a cenar y ya está. Súper deshinchada, al poco tiempo ya estoy bien. Sí que es verdad que durante las dos semanas, ahora mismo por ejemplo creo que he perdido peso. Mi cuerpo se va desgastando un poquito ya cuando ha terminado todo y estoy en casa tranquilamente, que es cuando yo noto más desgaste. Anímicamente estoy súper bien, porque estoy muy contenta. De no haberlo conseguido hubiera sido al revés, y anímicamente estaría peor, pero como estoy muy bien y muy contenta, pues no he tenido ningún momento de bajón. Pero sí que noto que he perdido peso y que lo he perdido después de la travesía, estas dos semanas que han pasado ya desde que he hecho la travesía, voy perdiendo peso poco a poco y supongo que luego lo iré recuperando fácil.

  1. La alimentación y la hidratación serían importantes durante esos casi 100 kilómetros. ¿Cómo hiciste para comer y beber durante el trayecto?

La alimentación mía, gracias al poco desgaste que tengo, como a base de plátanos, barritas energéticas, y algún batido de hidratos y proteínas. En las travesías de tantas horas, estoy tanto tiempo en sal, que la lengua es la parte que más sufre. Se me hincha mucho, cuando llevaba ya veinticinco horas o así ya no podía tragar porque la tenía hinchada. No tanto como el año pasado, porque este año había intentado beber un poco de agua dulce; no beberla, sino limpiar un poco la boca con agua dulce para quitarme un poco la sal. No se me había hinchado tanto, pero sí que la tenía hinchada y lo que hace es que no me permite tragar. Nada, ni un trocito de plátano me pasaba, ni una barrita tampoco, y tuve que beber, a base de líquidos, no me pasaba nada de sólido. El primer avituallamiento lo hago a la hora y media de tirarme al agua, luego hago otro a la hora, hago una hora nadando y paro a comer, otra hora nadando y me vuelvo a parar a comer, y cuando llevo dos horas y media ya me paro cada cuarenta y cinco minutos. A partir de la mañana siguiente ya sí que intentamos hacerlos cada treinta minutos, porque no puedo comer nada sólido, así que intentar parar un poco más e hidratarme un poco más. Esto sí que es un problema, porque igual tendría que comer un poco más para coger fuerzas, pero como no soy de geles ni cosas de estas, intento solamente beber bebidas isotónicas y un poquito de batido.

  1. La preparación para este reto, ¿fue más física o mental?

Para que mi fuerza mental esté bien tengo que entrenar mucho. Si me meto al agua sin haber entrenado lo suficiente, ahí la cabeza me va a fallar seguro porque empiezo a dar vueltas de si estoy preparada o no estoy preparada, por lo que te he dicho antes, este invierno pasé una lumbalgia muy fuerte, pasé una tendinitis, y estaba un poco con miedo porque no sabía si había hecho la preparación correcta. Sí que los últimos meses estuve mucho mejor, y pude entrenar bien, pero yo creo que hay un poco de todo. A ver, la parte mental se tiene que entrenar, claro que sí, pero la cabeza está bien si tu cuerpo está bien. Y si tú has entrenado bien ya tienes mucho ganado, y la preparación mental se hace con los entrenos diarios. En los que ya son muy pesados, voy muy cansada, y saber que ya estoy muy cansada, y sigo entrenando y tengo ganas de ir a entrenar, eso hace que todo vaya bien. Una cosa va con la otra, la mente va con el cuerpo y el cuerpo va con la mente. Se tienen que entrenar las dos cosas pero una sin la otra no se entrena.

  1. Tu familia, tus amigos, tus compañeros, ¿qué te dicen después de haber completado una hazaña como ésta?

Mi familia está súper contenta, lo que ha pasado durante estas dos semanas, las felicitaciones que tengo, la gente, las cosas que me dicen en Facebook, lo que me dicen por la calle, las cosas que dicen a mis padres, yo creo que esto para ellos es un regalo, después de todo el sufrimiento que han pasado, ahora es cuando los ves contentos, porque la gente cada día los para. A mí igual, estoy en el trabajo de cara al público y no hay persona que atienda que no me diga lo feliz y lo contenta que está, lo que se ha emocionado conmigo, y gran parte de este triunfo es de la energía que me da la gente, saber que me seguía mucha gente, ellos me lo dicen, están tita todos contigo, y eso te anima a seguir. Y ahora es una cosa increíble, aquí se han volcado todos conmigo, han seguido la travesía, me han estado animando, han llorado conmigo y para mí esto es súper, súper importante.

  1. Has conseguido unir Península y Baleares. Es obligatorio preguntarte qué será lo siguiente que te propongas.

Esta es la pregunta del millón. Sí que tengo cosas por hacer, pero he estado tanto tiempo en esto, en este proyecto, que tampoco quería mirarme otras cosas, porque sabía si miraba otras cosas dejaría esto de lado, y no quería dejarlo. Siempre me ha hecho ilusión nadar la isla de Manhattan, es una opción, nadar en un lago, una travesía larga en un lago podría ser bonito, y aquí no sé, hay muchas cosas. Yo disfruto mucho haciendo travesías así, una salida cortita, me hace mucha ilusión nadar un día Návea, que son 5 km, siempre me ha hecho mucha ilusión pero se hace en julio que es cuando yo estoy con la mía.

Sí que me gustaría hacer muchas cosas, y ahora necesito un par de meses para descansar, a ver si en invierno puedo hacer algún campeonato en piscina de máster, y alguna travesía así cortita, de esas que me gustan tanto y no las puedo hacer porque siempre me coge cuando voy a tope de entrenos, y buscar algún reto grande para finales de verano esta vez, o no sé si es algún lago y es en otro país, pues podría ser en otras fechas, pero aún no tengo nada pensado.